Alucinaciones conscientes
y residuos de maquillaje del día anterior.
Ella se despierta perdida
enredada en sábanas desconocidas.
Aturdida.
¿Qué fue lo que pasó?
Recuerda luces, calor y mucho movimiento,
un auto estacionado al final de la cuadra,
con lunas empañas e impregnado de su olor.
Recuerda el rostro conocido de un ¿amigo?, o quizás no.
¿Por qué estaba tan cerca?
Va más atrás y ve al hombre que ella quiere,
unos brazos rodean su cuello,
sus manos acariciando caderas ajenas.
Paralizada en cuerpo,
su corazón pugnando por salirse de su pecho,
ese pecho escotado especialmente para la ocasión,
escotado para el chico de la lengua en la boca de la chica,
que No era ella.
Los muslos tiemblan dentro de las panties,
el estómago se encoge dentro del corset,
arden sus ojos y su rostro se humedece por un líquido que ella no va a reconocer.
Da media vuelta y ve a su amigo,
de sonrisa amplia y con cigarro en mano,
qué gracioso olía ese cigarro...
Ella no podía parar de reirse,
risa vacía porque algo dentro de ella se moría,
haciendo arder cada milímetro de ese cuerpo
que ella tanto había preparado para aquel momento.
Levanta la mirada,
ahora eran sus brazos los que rodeaban ese cuello,
ahora era su lengua la que acariciaba esa boca
y eran sus manos las que bajaban por ese pantalón... ¿pero cuál?
...
Y de pronto el corset se perdió.
Abre los ojos en la cama destendida
y cae en la cuenta de la situación.
Rápidamente busca su ropa,
coge su bolso y comienza a caminar.
Hay un hombre en el baño,
¿y su ropa dónde está?,
abre la puerta con sigilo y la cierra tras ella,
prometiendo no volverla a abrir jamás.
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