domingo, 24 de octubre de 2010

Pero así es.

Pobre.
Pena.
Pobre pequeña.
Viviendo de sombras, viviendo de fantasmas.
Atormentada.
Engañada.
Pendiente siempre de mi próxima jugada,
jugada que cree yo también juego,
jugada que hace suya,
sin motivo alguno.
Pobre.
Pena.
Pobre pequeña.
Limitada por la vida,
limitada por la naturaleza,
por la madre injusta
que no le dio la belleza.
Rechazada.
Humillada.
Aparenta seguridad,
altanería infundada,
pero todo es mentira,
yo conozco la verdad de su mirada,
mira hacia arriba, ahí me encuentra,
inalcanzable muy a su pesar,
y eso le quema,
oh, cómo le quema,
entender que todo su mundo,
toda su historia,
sucede solamente en su cabeza.
No importa qué tanto intente
hacernos creer que ya no siente.
Pobre.
Siempre a la sombra de alguien más,
siempre opacada, nunca escuchada.
Duro, pero así es,
a cada cual lo que le toque,
después de tanta insistencia,
Aquí tienes, ¿ya ves?

miércoles, 13 de octubre de 2010

Así.

Contágiame vida,

de eso que llamas alegría, desenfreno,
que quiero yo hoy día salir,
salir de este encierro mimético,
violencia opacada por las estridentes metáforas
que intentan subyugarme con ánimos macabros.
Dame, dame una pizca de tu ironía,
de tu manera de burlarte de mí,
de ti,
porque somos uno.
Quiero yo también saltar a través de todo ese humo
que oscurece tus ojos marrones,
aquellos ojos que otorgan disimulo a la más desmarañada de las pasiones,
las pasiones, oh,
las que una vez desenvueltas nos hacen quienes somos,
por quienes luchamos y a quienes amamos.
En cuanto a mí,
pasión pura soy y no hay más que eso,
pasión, piel y unos cuantos cabellos regados al azar.
Y vacío lo demás.
Salto entre incongruencias mentales,
esas, mis favoritas,
mi persona personificada en palabras no pensadas,
plasmadas de una vez y sin retractar en este espacio
público-virtual.
Felizmente soy buena, muy buena me atrevo a decir,
soy capaz de convencerte casi de cualquier cosa,
de las cosas más espantosas que puedas oir,
soy buena,
tengo técnicas con el tiempo mejoradas,
masterizadas.
Ahora, libérate, libérame,
despójate de ropas, no las necesitas,
mucho menos yo.
La desnudez del cuerpo es,
a mi entender,
la ejemplificación que más se acerca al acto de ser humano,
y a mí,
a mí me gusta ser lo más humana posible,
me encanta,
siempre que sea asequible.
Recuerda cerrar la puerta tras de ti,
y mantener la voz baja,
que no nos lleguen a oir.

sábado, 9 de octubre de 2010

Difícil.

Cuando llega el otoño de la dignidad,
de las hojas que caen inexorablemente,
es ahí cuando tú me verás
levantándome de un aletargamiento inminente,
aquél que me mantuvo postrada,
en la cama
abrigada con la frasada de recuerdos agrios como única esperanza.
Tus ojos no pueden decirme cómo tu alma es,
porque en mi vida he conocido persona con tamaña ceguera;
ceguera de alma, perenne es.
Abrázame fuerte y comienza a tiritar
que pronto la frialdad del alma mía te llegará a quebrar.
No importa cómo,
no importa dónde,
tú nunca me podrás olvidar.
Masoquistas somos por naturaleza,
a encontrar placer en el dolor, a eso hemos venido,
para eso estoy aquí.
Dame tú tu amor, yo te daré apariencias,
te daré ilusiones que no querrás dejar,
te daré sonrisas,
tan deslumbrantes, reconfortantes,
que casi parecerán de verdad, lo juro.
Haré mi mejor esfuerzo.
Te llenaré de besos,
tan lascivos, incandescentes,
tan adictivos! Aquellos besos a los que nunca podrás renunciar.
Sucumbirás ante la pasión que desencadeno
en tu antaño párvulo,
ahora humeante y burbujeante, corazón.
Te meterás hasta el fondo,
sí, hasta el fondo, casi sin darte cuenta,
en ésta, la boca del lobo
que fue hecha a la medida tuya
y a la de todos.
Tu conciencia yacerá perdida para entonces,
sin voluntad alguna más que el amar,
tocar, reverenciar.
Desde el momento en que me viste ya estaba escrito el final,
soy siempre yo la que lleva las riendas en esta historia,
historia que ninguno ha vivido para contar.