Soy una chica increíble,
pero apuesto a que eso ya lo sabías.
Tienes suerte, te sorprenderé.
Sé que piensas que soy pedante,
extremadamente arrogante,
bueno ahora,
sabes que te doy toda la razón,
pero es que tienes que admitir que es impresionante
que estés con una chica como yo.
Increíble, ¿lo tengo que volver a repetir?
Han pasado muchas cosas,
que sólo tú y yo sabemos,
cosas pequeñas, cosas grandes,
la dimensión de ellas no es en esta ocasión importante,
lo que importa aquí es que ambos
conocemos ahora aquella sensación.
Provenimos de vidas atiborradamente vacías,
cada uno por su lado,
grandiosos, presuntuosos extraños
y solo Dios sabe lo que he(mos) sacrificado.
Sin embargo ahora me da gusto
afirmar que no fueron en vano
los litros de bilis que me hiciste fabricar,
por tus tonterías, estupideces y tu hiperbólica falta de tacto.
Así eres tú y ahora te acepto
y puedo decir que te quiero,
aunque eso no significa que a veces quiera también arrancarte la cabeza.
Pero te quiero, a fin de cuentas
y puede que no sea perfecta,
por más que lo parezca,
pero tú tampoco lo eres y es eso lo que más me embelesa.
Aquí pasa algo raro,
cuando se trata de ti me faltan palabras,
no lo tomes como un cumplido,
porque no lo es.
Ya basta, olvídalo,
sólo estoy esperando tu llamada.
¿Te veré mañana :)?
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