Caigo.
Sin limitaciones e irreversiblemente.
Teniendo todo en contra aunque disfrazado de buenaventura esté.
No sé si sucedió ayer,
o Dios sabe cuándo.
Sé sí que merece una actuación pronta,
libre de miedo,
llena de lucidez,
aunque de aquella yo carezco.
Decide si no sabes,
si te quieres quedar aquí,
entre espinas que corrompen tu piel;
o si quieres marchar y explorar,
explotar nuevos senderos,
nuevas curvas por las que tus ásperas manos hayan de pronto pasar.
Entiende.
Entiende que esto no es egoísmo por aunque sea una vez,
entiende que si lo hago y lo digo
es porque lo siento y lo vivo.
Descubre.
Descubre aromas nuevos,
descubre piel, caricias sinceras,
que te merezcan de verdad.
Aprende.
Aprende a no contentarte con sólo imitaciones de migajas de cariño,
porque cariño,
cariño tú te mereces mucho más.
Tan llena de luz y sumida en la sombra.
Una pena, la verdad.
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