Hola amiga, ¿cómo estás?
sí, te noto perdida.
Sin salida.
Es difícil lo sabes,
-espero que así sea-
no poder decirte de frente,
cuánto me frustra, cuánto me duele
nuestra presente situación.
No es mi culpa, lo sabes.
Yo, yo no sé,
en realidad,
¿te dignarías a decirme en qué fallé?
Me conoces,
creí conocerte,
entonces dime,
¿alguien tiene la razón?
Es ya demasiado tarde, lo sé,
mi orgullo es fuerte
y al parecer el tuyo también,
y en mi mente se juntan las ideas,
se atropellan,
se pelean.
Indignación, resentimiento,
amor, tristeza.
Herida.
No puedo contenerme cuando se trata de ti
y me jode,
sí, me jode.
Pero no te lo diré,
porque a mi no me corresponde la disculpa.
Me pregunto cómo pudiste,
me conoces,
creí conocerte y sabía
que sabías lo importante que eras para mi.
Y aun así...
A veces pienso,
sí, sólo a veces porque no pienso vivir atormentada,
aún pienso en ti.
Leo, recuerdo, lloro,
sí, a veces lo hago.
No puedo controlarlo,
sonará tonto pero,
tú eras todo,
eras todo para mi.
Amiga, hasta ahora no entiendo
por qué,
por qué tuviste que ser así.
Me he acostumbrado
mas no lo he superado.
Lo siento, es difícil,
soy fría pero eras la excepción.
Fui contra mi propia naturaleza,
era yo la que iba hacia ti
y aun así...
Y la cagaste,
sí, la cagaste,
no sé si te duele o te dolió,
hasta donde yo sé
todo quedó ahí.
No negaré que te quiero,
te amo diría yo,
y es difícil,
muy difícil encontrarme en esta situación.
Dime ahora de dónde saco
una nueva distracción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario