lunes, 31 de agosto de 2009

Pasó.

Solía escribir sobre la luz en mi tierra
cuando encontraba atadas las ideas a mi espalda.
Solía pensar en tu llegada certera,
en que mi mirada vacía transmitiría el amor que me hace falta.
Yo creí saber que sabía.
Creí creer que él quería.
Y al mirar por la ventana de ese mundo virtual
sus letras desataban en mi una pasión animal,
ni bien ni mal, placentero nada más,
pero ahora no encuentro nada.

Solía escribir sobre la luz en mi tierra
sobre la luz oscura que yo tanto anhelaba,
como aquellas tardes de opaca primavera
que aquel Noviembre me brindó al darme la espalda.
Frío Noviembre frío aquel,
que se marchó entre pasos,
risas y un poco de Rock&Roll.
Dejó mi sonrisa congelada
por la brisa que exhaló cuando se alejaba
entre lágrimas carcajadas y
risas soslayadas.
Mi mano rápida y joven es
pero cuando recuerdo
aparecen en ella los signos de la vejez.
Vejez inmadura que está al revés.

Créeme cuando digo que yo
he vivido más de lo que puedes soñar.

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